lunes, 13 de junio de 2011

¿En qué puedo ayudarle?

La atención telefónica a los clientes es una profesión dura y, la mayoría de las veces, poco gratificante. Es un trabajo que exige conocer todos los matices de tu voz y te hace llegar a límites insospechados donde la paciencia lucha mano a mano con el mantenimiento de la sonrisa telefónica.

Con el paso del tiempo te conviertes, en cierta manera, en un psicólogo de las conversaciones cortas: sabes percibir en pocos segundos lo que quiere el cliente, cómo lo quiere y su estado de ánimo. Aprendes a decir justo lo que la otra persona quiere oir y te adelantas a sus demandas. Descubres la proactividad... 
Así es mi trabajo actual. Y todo eso vivo cada día.

Hoy han venido varias personas nuevas a la empresa y me ha tocado enseñarles en qué consiste nuestra labor. Cuando me he visto diciéndoles el tiempo que llevaba allí, me he dado cuenta que ya llevo demasiado... Lo que empezó como un trabajo temporal se ha convertido en mi manera de vivir, o mejor dicho, de sobrevivir. Y ya está bien. 

Nunca me cansaré de agradecer a la gente que trabaja conmigo lo bien que se han portado, lo bien que me lo he pasado y todo lo que he aprendido. Gracias a ellos el trabajo se ha convertido es mi escape, mi refugio y en mi pequeño lugar donde crear nuevas amistades y encontrar el cariño de gente muy diferente a la que, hasta entonces, había conocido.

Ahora toca luchar por nuestros derechos, por lo que nos corresponde, por salir adelante... Espero que el convenio que se firme merezca el esfuerzo que hacemos día a día en nuestro puesto de trabajo. Porque si la empresa sale adelante es por nosotros y por nadie más... Corren malos tiempos y lo que nos queda y quedará es esa camaradería que nos ha unido durante tanto tiempo.  ¡No perdamos nunca ese espíritu!

Hoy dedico esta actualización y esta canción a mis compañeros de trabajo: ¡sois los mejores!

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